Motivación

[Oct 2012. Post de mi antiguo blog de estudiante “fluyendo-libremente”]

“Más fácil me ha sido encontrar las leyes con que se mueven los cuerpos celestes, los que están a millones de kilómetros, que definir las leyes del movimiento del agua, que corre frente a mis ojos”

Galileo Galilei

No le faltaba razón a Galileo al manifestar la complejidad del movimiento del agua, y es esa complejidad la que hace su estudio tan sumamente apasionante.  No hay más que observar la siguiente fotografía de las marismas del Odiel para darse cuenta de la rebeldía de estos flujos de agua que se bifurcan y entrelazan de forma caprichosa y a la vez armoniosa. ¿No os parece fascinante que simplemente con  números fluyendo en algoritmos que solucionan ecuaciones se puedan modelar los flujos de agua? A mí sí. No sé si soy capaz de transmitir mi pasión por mi trabajo…, me encanta estudiar el agua fluyendo libremente.

Es increíble como con el avance de la ciencia, en concreto la mecánica de fluidos, desde Arquímedes, pasando por Da Vinci , Torriceli, Bernouilli Euler, D’Alembert, Chezy, Navier, Manning, Stockes, Reynold, Prandtl, Von Kármán, Richardson, Kawaguti, y muchos otros genios, hasta llegar a mis profesores y mentores, ha permitido que con mi ordenador pueda modelar los flujos ambientales, nunca al 100% ya que la naturaleza es inimitable, pero sí con gran precisión.

Por tanto, si hemos llegado a este punto es porque el conocimiento científico ha ido fluyendo a través de los años, pasando por diferentes generaciones de científicos. Tengo 25 años, y por tanto soy una novata en el mundo de la ciencia y la investigación, pero no he necesitado mucho tiempo para enamorarme de ella y a la vez para darme cuenta de su actual crisis de valores.

Durante mis periodos de becas y durante la realización del máster, han pasado por mis manos artículos científicos que me han gustado más o menos, pero me han llamado especialmente la atención dos aspectos algo antagónicos:  (1) por un lado existen multitud de índices, formulaciones, modelos, métodos, etc. basados en los resultados realizados por otro equipo de investigación (al que a su vez le interesa que su trabajo se use para obtener citaciones), es decir, copiar favorece el avance científico; (2) por otro lado existe una gran competencia, ya sea por ser el primero en presentar una fórmula, por adelantarse a la vecina de al lado, y por supuesto en presentar tus resultados, de forma más o menos hermética, en revistas editoriales que generan  grandes beneficios debido a su alto precio y a la imposición de la compra de la revista por paquetes, y que monopolizan la información científica. Si el objetivo de la ciencia es buscar la razón y el progreso,  ¿no sería más lógico favorecer la colaboración frente a la competencia y apoyarse mutuamente para conseguir el mayor beneficio para tod@s? ¿No pensáis que compartiendo la información de una manera más transparente se puede sustituir la “copia” que por ejemplo ansía personalizar una formulación buscando novedad en vez de originalidad, por “copias” que favorezcan verdaderamente el progreso?  ¿Y no pensáis que de esta manera la divulgación científica puede aumentar llegando a un mayor sector de la población?

Esta reflexión es algo genérica y se podría discutir ampliamente. La verdad es que en mi corta experiencia he tenido la suerte de contar con grandes profesionales y personas con las que he aprendido mucho y con las que me encantaría seguir aprendiendo. Creo que a pesar de la influencia de los intereses de los mercados, o el dominio de la naturaleza, o algunos aspectos algo más delicados presentes en el mundo científico, la ciencia, al igual que el mundo, está lleno de buenas personas e intenciones, que son mayoría, o al menos eso creo. Quizás falta comunicación, u organización, o tiempo entre ensayo y ensayo para hablar sobre estos pequeños aspectos que devuelvan a la ciencia el punto de humanidad que quizás haya perdido….Si la ciencia ha sido capaz de enviar el “Curiosity” a Marte, ¿de verdad no va a ser capaz de asumir valores como la solidaridad o el bien común? Yo estoy segura de que sí, solo hace falta voluntad.

Además del control de la información  y los derechos de los autores como negocio, es imposible obviar su intención censuradora. Todos conocemos como multitud de leyes, como la ley SOPA (Acta para detener la piratería en línea, por sus siglas en inglés) o la ley Sinde-Wert, bajo el pretexto de bloquear cualquier página web sospechosa de violar derechos de autor o leyes de propiedad intelectual, pretende hacerse con el control de internet “uno de los más poderosos instrumentos del siglo para aumentar la transparencia en la conducta de los poderosos, acceder a la información y facilitar la participación activa de los ciudadanos en la construcción de sociedades democráticas” según la ONU. Pero no sigo por aquí que me voy del tema.

Y con todos estos pensamientos rondando por mi cabeza, ¿qué puedo hacer yo?  Si solo soy una simple becaria intentado hacerse un pequeño hueco en este mundo que tanto me apasiona y que me hace tan feliz. Si quiero conseguir una beca, realizar una estancia en el extranjero o que me contraten, tengo que conseguir que publiquen mi trabajo en una de esas revistas que controlan la información científica. Ufff, ya está aquí Pepito Grillo otra vez, no puedo quedar impasible. Por suerte, existe una parte de la ciencia que busca una sociedad más humana tanto por objetivo como por forma. En cuanto al objetivo depende de cada rama específica, y en cuanto a la forma, términos como “ciencia abierta”, “open access” o “science commons” empiezan a sonar con cada vez más fuerza (mi próxima entrada abarcará este tema).

En este blog pretendo aportar un granito de arena a esta nueva filosofía y ofrecer al mundo trabajos, tutoriales, presentaciones, resultados, prácticas, y todos aquellos recursos que he ido acumulando durante mi formación, y que podrían ser útiles en los trabajos de otras personas (y quizás me anime con alguna que otra reflexión como ésta). Supongo que de igual modo quizás no me quede más remedio de publicar en revistas prestigiosas los resultados más relevantes de proyectos de investigación para los que he trabajado o trabaje, o quizás consiga utilizar con más frecuencia de lo que creo estas nuevas formas de ofrecer ciencia, o quizás la sangría de recortes no deje fluir libremente mi sueño investigador…. quién sabe…. lo que sí sé es que no me faltarán fuerzas para intentarlo.

El agua me ha enseñado que hay que buscar nuevos caminos para fluir cuando nos encontramos obstáculos en el camino. Ya sea para dar a conocer mi trabajo, o para abrirme hueco por otros caminos, o para que mi trabajo ayude a otras personas, o para buscar futuras colaboraciones, o  porque pienso que el conocimiento y la información deben ser libres, espero que mi mente no deje de fluir libre.