[Oct 2012. Post de mi antiguo blog de estudiante “fluyendo-libremente”]
Muchos tenemos esa imagen” bohemia” de la universidad como lugar de encuentro entre jóvenes estudiantes y profesores que comparten ideas e inquietudes buscando el enriquecimiento intelectual, empaparse de cualquier manifestación cultural, y canalizar la fuerza de la juventud y el conocimiento hacia la transformación de la sociedad. Esa imagen romántica de la universidad tan lejana de la realidad.
Es verdad que el orden de valores de nuestra generación influye en gran medida en que la universidad pierda su función crítica y transformadora, pero sí es verdad que todos los intentos (que no son pocos) de devolver a la universidad su rol como espacio de encuentro y debate se encuentran con una coyuntura no muy favorable, de hecho, no olvidemos que el sistema político, económico y social actual necesita a la universidad como fábrica de productos intelectuales que desarrollen y perpetúen este sistema.
Por tanto, al atravesar las puertas del campus, nos encontramos con asignaturas donde las leyes del mercado son sagradas y nunca se habla de utilizar el ingenio para crear alternativas, con formación complementaria de elevado precio y basada en software privativo, con premios a la competitividad y nunca a la colaboración, y con un acceso difícil y caro a la información científica. Pero también nos encontramos con muy buenas iniciativas: charlas, exposiciones, talleres, conciertos, cursos gratuitos de alto nivel académico, voluntariado, asambleas de protesta, etc. que, en mi opinión, no son valoradas lo suficiente por la propia universidad, ya que nunca serán ni una décima parte de importantes como aprobar un examen o publicar mientras más mejor, por lo que la participación en las mismas se ve muy perjudicada.
Si a todo esto le sumamos los recortes en educación e investigación y el aumento del precio de las tasas, obtenemos un panorama no muy alentador. Existen intereses particulares que se verían muy perjudicados con una educación pública, de calidad e igualitaria. Si hay un camino de evolucionar hacia un sistema más justo e igualitario, compatible con la vida civilizada y con la vida misma, ese es la educación, una educación que forme personas con conciencia, valores y criterio. No creo que la situación que atraviesa la educación sea casualidad.
Esta introducción (convertida en entrada por su extensión) tiene la finalidad de ilustrar la dificultad con la que se encuentran las nuevas iniciativas que pretenden mejorar la calidad de la educación y la ciencia, como son las relacionadas con mejorar el modelo científico. Nunca en el aula me han hablado de ciencia abierta, “open access” o “science commons”, y hoy por hoy, parece que no estamos en el punto de que estos términos suenen con rotundidad, pero la evolución del ser humano y por tanto de la ciencia es inevitable, y cada pequeño paso cuenta. Nadie ha dicho que vaya a ser fácil.
Eso es lo que quiere hacer el capitalismo dictatorial de unos pocos, controlar el sistema educativo y hacer más difícil poder estudiar y formarse.Si pretenden con los recortes en educación, dificultar que las personas lleguemos de una manera más sencilla a los colegios,institutos,universidades,etc y con ello mantenernos de alguna manera más “controlados” para que no nos revelemos contra este sistema impuesto “por unos pocos” o “de unos pocos”, no lo conseguirán y allí estaremos molestándoles más y más.¡Cambio ya! R(EVOLUCIÓN).
Enhorabuena por la nueva entrada y buen trabajo 😉
Totalmente de acuerdo. Tenemos un foro pendiente Isabel, para hablar de todo esto. Intentaremos invitar de nuevo a Miguel Losada y/o a José Luis Ordóñez… En cuanto a la “ciencia abierta”, solo decirte que universidades como MIT y Caltech están animando a sus investigadores a que publiquen sus resultados en revistas de acceso abierto… La UGR (y todas las demás) paga anualmente con dinero de todos varios cientos de miles de euros a las editoriales de las revistas científicas. Les hacemos la investigación gratis, se la damos, ¿y encima se la tenemos que comprar? Parece lo que es, un sinsentido. Creo que el siglo XXI es el siglo de la ciencia abierta, para todos; y sobretodo, el siglo de la unificación de las ciencias… Habrá muchos menos departamentos (=reinos de taifas…), para desconsuelo de muchos… 😉
Abrazos
Claro que sí!! Espero ansiosa esas reuniones!! 🙂 Muchas gracias por tu pequeña reflexión, muy esclarecedora. Ya tengo a puntito la siguiente entrada que resume las diferentes vías para materializar estas nuevas alternativas que cada vez cogen más fuerza, muchas incluso compatibles con el método tradicional. Está claro que pasito a paisto, éste es el futuro de la ciencia y ahora estamos en plena transición. De verdad, qué alegría tener la oportunidad de compartir reflexiones con vosotros, espero el foro con entusiamo. Un abrazo